miércoles, 29 de mayo de 2013

La integridad de la fiesta

Que el mundo del toro va muriendo poco a poco es algo evidente, las plazas las llena el público y no el aficionado y ese desconocimiento del que debería mandar (el que paga) lo aprovechan todos los personajes que rodean este mundo para llenarse los bolsillos. Da igual quien crie los toros más bravos y más íntegros (Cuadri, Conde de la Maza, Miura, ...), da igual quien se juegue la vida toreando de verdad (Fandiño, Aguilar, Robleño...), lo que importa es la pasta y esa se saca de los toreros guapetones y de los toros teledirigidos. Todo esto jamás lo permitiría el aficionado, pero como digo, de esos ya casi no hay.

El mundo del toro en la calle tiene una ventaja, o el aficionado pone el dinero o no hay fiesta, así que de momento aun tenemos derecho a elegir.










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